Ya las masas me hacen sentir pequeña, los nardos, Felicidad. Ya no creo en batichica y menos en Superman. Ya no confío en mi sangre ni idolatro a mi madre. Ya no tiemblo por nadie y no espero al tren llegar. No sigo más a Norma. Escucho al pequeño de atrás.
Creo en Dios, en mi y en los demás. Creo en el cambio. En la revolución personal. En el empuje, en las ganas.
Respeto mi instinto. Corro sola.
Y sólo porque sé que ahí afuera está ese perfume perfecto que aún no pude identificar. Y porque sé que la gloria más plena es alcanzable. Porque sé que puedo tenerlo todo. Porque no aspiro a más. Porque todo me alcanza.
Creo que todo es tanto que cabe en una sóla alma. Y que es tan fácil de tenerlo que nadie lo ve. Porque el que lo tiene es el loco y ha de ser perseguido y burlado a muerte porque el desgraciado es feliz.
Y por mi empeño en tener el todo aguantaré la persecución con la frente en alto y una sonrisa que justifique mi locura.
Los cuerdos ignorantes arderán en su dolor por la presencia misma de la nada. Sumada a su ignorancia, estará molestando ese vacío una sensación de culpa que sólo se explicarán cuando sepan que la loca tenía el todo entre sus dientes, y ellos, sumidos en su temor por lo desconocido, han tirado a la loca y su todo a los leones...
Pero los leones pudieron ver el valor de lo que tenía la dueña del todo y en vez de comérsela, pidiéronle compartir su todo.
Y como el todo es tan grande, alcanzó para toda la manada y para la loca. Ahora los leones comen nada. Por eso los ignorantes no se acercan, porque serían devorados.
Y así quedarán divididos los locos de los ignorantes, el todo del nada y la gloria más plena de la búsqueda insaciable.
La gloria más plena, el todo, están delante de nuestras narices, sólo hay que aprender a verla. Y aceptarla. Y asimilarla. Y lograr el equilibrio.
Que lindo tema, el todo y la nada, mezclado con locura y existencia! Adivina quien soy (?
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