Soñé que tenía una hoja de afeitar antigua en mi mano. Era brillante, tan brillante y limpia que producía reflejos en mi retina. A primera vista, estaba desafilada. La daba vuelta entre mis dedos, para verla mejor, y la raudos chorros de sangre salían de mis yemas. Me asustaba, entonces depositaba la hoja en mi palma, para descansar mis dedos, pero inmediatamente comenzaba a sangrar el resto de mi mano. Así, todo se llenaba de sangre. Ambas manos, todos los dedos, y el maldito metal seguía limpio, brillante y desafilado--
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