miércoles, 29 de julio de 2009

ese lugar de mi sueño

te espero en ese lugar con cielo azul, con edificios de colores, ese lugar de mi sueño, ese que tanto nos llenó UNA VEZ-- Siempre había música sonando. Una música tibia, liviana, que te hacía sentir como si caminaras sobre oxígeno puro. Que veías colores, olores, sensaciones, PLACER. Un humo placentero pasaba por nuestras bocas, por nuestras gargantas, llenándonos de satisfacción. El vaso que tenías en la mano te proveía alivio, pero te daba más sed de mi, por eso me agarrabas más fuerte, apretando la mano que se encontraba rodeando mi cintura, acercandome a tu cuerpo, como si temieras que la brisa me volara, alejándome de tu lado. Pero eso no iba a pasar, porque algo en el aire me hacía necesitar permanecer ahí. Caminabamos sin rumbo, apurados para llegar a ningún lugar, pero apurados, quizás por la exitación de estar tan bien, de sentirnos tan plenos, tan por fin COMPLETOS. Sin ninguna mancha, en ese lugar en el que no existen las preoocupaciones, ni el miedo, ni el dolor, ni la tristeza; sólo el placer y la felicidad pura, el éxtasis pleno. No había más gente. O no la veíamos. Sólo nosotros, sin necesidad de nada más, sólo ese humo, ese vaso y nosotros dos. Ese cielo azul, tan azul que encandilaba. Pisando ese oxígeno tan suave y puro que daba la sensación de que un fuerza superior nos levantaba, obligándonos a flotar, siempre agarrados, sin intención de soltarnos.
te espero en ese lugar con cielo azul, con edificios de colores, ese lugar de mi sueño, que ahora es gris, negro, oscuro, pero ahora estoy sola. El vaso está roto en el piso y su líquido derramado, y algunos de los pequeños vidrios que los formaban se mezclaron ahora con el humo de mi garganta, y me está cortando, haciéndome sangrar. El sabor de mi sangre se desliza hacia abajo por mi garganta hasta que me quema el estómago. Mi cintura se quema por la ausencia de tu mano y el suelo es tan duro que lastima mis pies descalzos. El cielo es tan negro que me hace llorar de miedo. Mi soledad me ahoga. Dormite. Volve a salvarme. Volve a llenarme de éxtasis. De felicidad pura.
Te espero en ese lugar que volverá a tener cielo azul, ese lugar que volverá a tener edificios de colores, ese lugar de mi sueño.

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